24/5/08

Intensidad

Los momentos intensos marcan la vida. De hecho, todo lo que sea intenso deja una especie de huella en nosotros. No importa si es un momento traumático, un polvo salvaje, una vergüenza extrema, o una porción de pizza cuando regresás de madrugada. A diferencia de los malos, los recuerdos placenteros están más al alcance. Creo yo, que son más accesibles. Será por una cuestión de custodiar nuestro bienestar. Acto reflejo, supongo.
Podemos cerrar los ojos y traer un buen recuerdo a nosotros. Enchastrarnos por completo de melancolía o de tristeza. Reirse, llorar y hasta relamerse pensando en un beso que fue. Después, abriendo los ojos, limpiamos todo el quilombo de sensaciones. De cara a la realidad otra vez, largamos un provechito por el recuerdo que acabamos de degustar. Es inevitable, poner cara de boludo feliz.
Algunos no surgen tan fácil, hay que ayudarlos con alguna imagen, alguna percepción. Un aroma por ejemplo. Hasta hace poco, tenía guardado un frasco vació de un perfume que usaba en mis 15 años. Es increíble lo que sucedía cuando lo destapaba. La ya pobre fragancia, podía remontarme directamente a esa época. Un perfume convertido en máquina del tiempo, era fantástico. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, bueno, un aroma tiene más detalle que mil imágenes. Después lo tiré. Había perdido todo rastro de olor, y yo parecía un enfermo aspirando un recuerdo escondido en un frasco. El recipiente, vacío, ya no me pegaba.
Me pasa también, que cuando me acuerdo de algo muy vergonzoso, tiro una palabra al aire que sea completamente inteligible. O hago un gesto bien ridículo. Como sacar la lengua y mover la cabeza hacia los lados lo más rápido posible. No tengo la más puta idea de lo que eso significa. De lo que si estoy seguro, es que limpiar la saliva que me queda en la cara, hace que me olvide al instante de esa vergüenza. Absurdo mecanismo de defensa el mío. Aunque efectivo al fin.
Efectivo como decir que de los malos recuerdos hoy no voy a hablar. Hoy tengo un buen día. Tengo mil imágenes en mi nariz, y un tarro de perfume con la forma de tu cuerpo. El recuerdo de tu piel se me hizo un guante, y no puedo dejar de tocarte.
Tomamos, comimos, tomamos, fumamos, comimos y tomamos otra vez. Extraño ritual que marcó el camino a tu habitación.
Siempre quise ver tu piel. Tu espalda resultó fantástica. Un cielo apenas estrellado de lunares. Estaba oscuro pero te pude ver bien. Pude ver que también vos mirabas. Tus pestañas casi se tocaban, pero sé que mirabas. Sí, estar puesta te sentaba bien. Yo también estaba puesto, y cuando me desperté, me fui dando cuenta que tu nombre no era Piel. Pero al toque me di vuelta y vi tu espalda de nuevo. Entré en duda otra vez.
En la boca tenía el sabor de las partes que pude probar de vos. -Quiero que me invites a comer otra vez- te grité. No me escuchaste, dormías, perfecta. Yo soñaba, despierto.
Estabas tapada hasta la cintura, y las sábanas continuaban la forma exacta de todo lo que va hasta la punta de tus pies. Decreté entonces, que misteriosamente, tus sábanas eran transparentes.
Ahora era de día y la ventana estaba ligeramente abierta. Entraba luz y el ruido de un ejército de gente yéndose a trabajar. Te tapaste toda.
No me importó, tus sábanas son transparentes.
Y tu nombre… tu nombre es Piel. Y por si me llego a olvidar nuevamente, tengo un frasco lleno de tu perfume bajo mi almohada.
Creo que me conformaría con saber que sos sólo un excelente recuerdo, lo intenso marca. Pero mucho mejor aún, es saber que te voy a volver a ver.

9 semillas:

Anónimo dijo...

wooow...que manera de suspirar...Si pudiera elegir...me llamaría Piel...

Un tux suelto dijo...

Che, no se si esta entrada es para la persona de la que habiamos hablado o para ilusionar a algun corazon femenino que te lea...jeje

Despues contame en el laburo... Cevemos!

Porteñita Secreta dijo...

Precioso. De verdad.

Asombrosamente identificada. Con los perfumes. Con el movimiento absurdo y brusco de cabeza. Con el emborrachamiento de piel.

Muy, pero muy lindo, querido Chelo. De corazón.

Abrazos fuerte.

L! dijo...

chelo... la verdad... sin palabras... es hermoso lo que escribiste... y lindo saber que la vas a volver a ver...

se te quiere amigo!

Chelo dijo...

Anónimo, podrías empezar firmando como tal, por ejemplo. Podemos obviar el registro civil.

Bachi, no sé de qué me estás hablando, pero podrían ser las dos cosas, je.

Porteñita, es bueno saber que hay gente que mueve la cabeza de esa manera. No me siento tan solo. Muchas gracias por pasar.

L!, gracias enana. Por aquí también se te quiere.

Anónimo dijo...

suelo pasar...nunca pare a dejar mi semilla, pero esta vez no pude seguir sin hacerlo...
amo reconocer aromas que vienen acompañados de imagenes, suspiros y escalosfrios...inevitable sonrisa.
Me encanta leerte.
Piel? con lunares, definitivamente.

Anónimo dijo...

"Quiero que me invites a comer otra vez"...me gritaste. Pensaste que yo dormia, pero te escuché. La invitación está hecha.-
Ahora "anónimo" se llama "Piel"

Chelo dijo...

Flor, se agradece tu semilla, pero mejor aún es que te hallas identificado con algo. Y si, con lunares, sin dudas.

Piel (es 43 veces más interesante que escribir anónimo, gracias por el cambio), Suerte la mía que no dormías, porque dije que te iba a volver a ver, y está claro que lo voy a hacer.

Anónimo dijo...

Ese es un dandy en serio!!!!!!
bien echo

paraguayo